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La comunicación social y la erradicación de la poliomielitis en Brasil

En el año de 1985, la Organización Panamericana de la Salud (OPS) insta a los países de la región a unir esfuerzos para erradicar la transmisión autóctona del polio virus salvaje hasta 1990, declarando ser “inaceptable que un niño sufra de poliomielitis en las Américas”. Su objetivo es que este sea el primer paso para que las naciones del hemisferio alcancen la cobertura universal de vacunación contra las enfermedades de la niñez.

La decisión fue aceptada por Brasil, donde el número de casos de poliomielitis aumentaba. El Programa Nacional de Inmunizaciones (PNI) y el Calendario Único (con Días Nacionales de Vacunación) ya existían desde el año 1973, sin embargo, las coberturas de vacunación se reducían en este período, tal vez por acomodación debido a la creencia de que los equipos ya sabían qué hacer y que la población estaba ya consciente, además por el miedo de los niños, que desestimulaba a sus padres.

A partir de entonces se adoptaron varias iniciativas: capacitaciones para profesionales de salud, cambios en las estrategias de vacunación, informes epidemiológicos instalados entre los distintos niveles y actualizados semanalmente… Pero la más notable de todas ellas: la estrategia de comunicación.

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En el campo de la comunicación, ocurrieron cambios significativos:

  • Se divulgaron valores colectivos para justificar la campaña: “no hay mayor castigo para una niña o un niño que ser privado de la libertad de correr, andar, subir y bajar árboles, jugar la pelota, jugar. Este constante ir-y-venir es el estímulo para que ella o él sienta y aprenda el mundo en lo que vive, retirándole el aprendizaje de vida, de manera libre y creativa. La poliomielitis representa, principalmente para la niña o el niño, una constante amenaza a la perdida de esta libertad física y espiritual” (Ministerio de la Salud, 1986);
  • Se creó una marca para la erradicación de la poliomielitis, utilizada a lo largo de todo el plan de vacunación, promovida principalmente por el muñeco llamado Zé Gotinha (Pepe Gotita), cuyo nombre fue elegido a partir de un concurso nacional hecho con niños de escuelas públicas del país;
  • Se confeccionaron artes visuales específicas para la poliomielitis, con mensajes e ilustraciones que estuviesen de acuerdo con cada realidad, considerando las diferencias culturales de los públicos de cada región del país. Además, el Zé Gotinha viraba real en los centros de salud durante la campaña.

Toda la estrategia de comunicación creada con Zé Gotinha se tornara un icono del imaginario infantil de todo el país. Su aceptación ha sido tan grande que en 1988, Zé Gotinha era el representante de todas las vacunas del PNI. Yo lo digo por mi propia experiencia. Nací en este mismo año y por toda mi niñez, Zé Gotinha me reducía el miedo de las vacunas y era asunto entre los niños. “¿Has visto a Zé Gotinha?» «¿Has hablado con él?” ¡¿Cuantas veces yo, mis primos no hablamos de esto?!

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Con el paso de los años y el crecimiento saludable de niñas y niños, Zé Gotinha se ha firmado como referencial de la población en termos de métodos de prevención, principalmente a la vacunación, a la rehidratación oral y a la lactancia materna. Además, ha ganado amigos, un perro, un gato, padres y el equipo de salud, que juntos luchan contra los agentes causadores de enfermedades hasta hoy en día.

Para erradicar la poliomielitis, se buscó movilizar padres y responsables por niños menores de cinco años, y había necesidad de involucrar a profesionales, instituciones, organizaciones y representaciones de la comunidad en esto. La definición del público objetivo fue el eje orientador para que se estableciera toda la estrategia de comunicación. La información de masa adoptó contenido simple y de fácil comprensión. Para los profesionales de la salud, fueron utilizados materiales educativos dirigidos a una mayor atención a la calidad del servicio prestado, conteniendo informaciones específicas sobre la vacuna y la estrategia de vacunación.

Em 1989, un año antes de la meta propuesta por la OPS, fue registrado el último caso de poliomielitis en Brasil y en 1994 el país obtuvo el Certificado de Erradicación de Transmisión Autóctona del Poli Virus Salvaje.

Malos vientos

En los últimos 2 años, ha habido una caída en la cobertura vacunal que puede contribuir para el retorno de enfermedades erradicadas como la poliomielitis. Actualmente, el Ministerio de la Salud de Brasil ha considerado estado de alerta en relación a enfermedades como la poliomielitis y también el sarampión, la difteria y la rubéola.

En entrevista, el expresidente de la Fundación Oswaldo Cruz y especialista en inmunizantes Akira Homma comenta que estos resultados son provenientes del suceso de la vacunación en el país, por la población banalizar el peligro existente:

«En general, el sistema de vacunación en los municipios es pasivo en el lado de la oferta, y espera en el centro de salud a que la persona vaya a vacunarse. Pero, dada la situación en que estamos, tenemos que repensar eso, con una estrategia de búsqueda activa de las poblaciones que necesitan ser vacunadas, ir detrás de las personas. Es un sistema que puede incorporar, por ejemplo, los avances en la tecnología de la información. Hoy ya tenemos la vacunación contra la polio con registro nominal del niño. Pero con estas tecnologías podemos saber cuáles son los niños y niñas en una determinada región, cuáles tomaron la vacuna y cuáles no, en un monitoreo que puede traer la cobertura vacunal de vuelta a los niveles necesarios para eliminar estas enfermedades, del 95% o más. Pero para eso necesitamos invertir.”

Apenas una de las vacunas infantiles del calendario llegó a la meta inicial de 90% de cobertura en 2017. Una vez más, se hace necesario comprender los motivos de esta reducción y buscar maneras de aproximarse aún más de la población. Tal vez el Zé Gotinha necesite un nuevo empujón, para fortalecer el reconocimiento de la vacunación como práctica para una vida saludable.

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